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¿Y qué de la resaca estomacal después de Semana Santa?

Los excesos y la inadecuada alimentación en los períodos de vacaciones de Semana Santa tienden a convertirse en un problema para la población en general, y de manera muy particular, para las personas que poseen alguna dolencia gastroenterológica.
La doctora Claralí Almonte, nutrióloga clínica y gastroenteróloga internista, describe cómo los desarreglos que hicimos en la recién pasada Semana Santa provocan trastornos de diversas índoles.
La clave en los períodos de “resaca gástrica” es la moderación al comer, tanto en calidad, como en la cantidad, según señala Almonte,  directora del capítulo de Enfermedad Inflamatoria Intestinal Sociedad Dominicana de Gastroenterología.
Es recomendable tener prudencia en la combinación de alimentos de difícil digestión, tales como las grasas y el alcohol.
Las enfermedades que con más frecuencia se presentan son las infecciosas, ya sea originadas por una bacteria, parásito o viral, regularmente ocasionadas por el inadecuado manejo de los alimentos.
Otras son provocadas por excesos cometidos en pacientes que sufren algún tipo de enfermedad relacionada al sistema digestivo; tal es el caso de personas que tienen cálculo en el páncreas, que sufren mucho dolor a causa de la ingesta de grasas.
Los que sufren gastritis, tienen úlceras y otros males digestivos, al consumir alcohol experimentan malestares como acidez, indigestión y hasta sangrado digestivo.
Esas y otras recomendaciones las dio a conocer por la Sociedad Dominicana de Gastroenterología durante su campaña de concientización durante el asueto en la que su presidente, el doctor Luis Pérez Méndez, advierte sobre los errores más comunes al comer y beber.
En los días posteriores a las vacaciones están pagando las consecuencias también los que saben que sufre de hígado graso o enfermedad divertículo de colon, pero aun así rompieron la dieta establecida por el médico. Existe un alto riesgo de haberse intoxicado con la ingesta de pescado y mariscos, porque no siempre están frescos, son manipulados indebidamente, tanto por el pescador, el vendedor como los comensales.
“Sólo con las intoxicaciones por mariscos tenemos para largo rato”, expresa la especialista y resalta que seguro todavía queda un “chin” de habichuelas con dulce en la nevera, la doctora Almonte dice que los lácteos y los alimentos que los contienen son dignos de un trato delicado.
Dice que debe cuidarse que las habichuelas se mantengan refrigeradas todo el tiempo, no enfriar habichuelas recalentadas, y no ingerir si se sabe que han pasado mucho tiempo sin protección de temperaturas.

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